martes, 29 de noviembre de 2011

el amante






Ellos se besaban apasionadamente en la habitación principal. La enorme casa era una célula de pánico, un todo que expulsaba tensión. Ya que en cualquier momento podía llegar el esposo y se daría cuenta de la infidelidad, de cómo su esposa, se había dado a la tarea de revolcarse con otro. En la casa. La casa que el esposo había comprado. En la cama, la cama que había comprado el esposo.
Pero como dos niños, irreverentes, no les importaba profanar toda habitación de la casa. Fueron felices durante varios meses, al menos ellos creyeron que todo eso era felicidad, labios, gritos, armonías.
Una noche en medio de todo el huracán que sus cuerpos provocaban, en medio de los gritos y alaridos de ella. Escucharon la puerta de la casa abrirse. Era el esposo. Quien llegaba de improviso.
El pánico se apodero de sus cuerpos, ella trato de vestirse. El corrió desnudo con las prendas de vestir en las manos hacia la cocina. Se escondió en el rincón que dejaba el blanco congelador y la plateada estufa.
El esposo se instalo en la sala, en la casa, en el corazón de la esposa, durmieron mil noches, tuvieron 3 hijos, envejecieron día a día. Tuvieron un matrimonio estable, ella nunca volvió a recordar a su amante, ni que lo había escondido en la cocina, en el rincón, entre el blanco congelador y la plateada estufa.
El amante: con el pasar de los días, de los meses, luego de los años, se fue convirtiendo en un insecto oscuro, rastrero, un animal ajeno a la casa, ajeno a la felicidad de la familia: una cucaracha. Que vivió mil noches, en la cocina de esa familia, muchas veces intentaron matarla, los niños, otras veces el esposo, pero nunca lo lograron.
Ahora cuando la esposa ve salir a esa cucaracha detrás de los muebles, piensa en algo, en alguien, pero luego lo olvida, sigue haciendo la limpieza del la casa.

martes, 10 de mayo de 2011

Historia para que los niños duerman.



Para aquellos dos amiguitos.


Cuenta la historia que en alguna montaña existió un ave. Tan maravillosa como el paraíso (aunque el paraíso no es igual para todos, pero podemos decir que era bella, también considerando que la belleza no es igual para todos) esta ave tuvo tres huevos. Los cuales cuido durante doce años, entregándole toda su vida. Una mañana en la cual ella necesito alimento, salió a buscarlo, sin querer el movimiento de su vuelo hizo que uno de los huevos callera al suelo, debido al fuerte viento, fue cubierto por la hojarasca, y aunque la madre a su regreso, lo busco nunca lo pudo encontrar. Pasaron varios años hasta que los huevos reventaron y vieron la luz. Dos aves maravillosas fueron cuidadas por la madre. Mientras en el suelo: un huevo también reventó y expuso a la vida salvaje un ave torpe, ignorante de su entorno. La madre, como debía de ser le enseño a sus dos polluelos el arte de volar. El arte de cazar. Todo aquello que debía saber un ave de su clase. Mientras en el suelo el ave torpe sobrevivió a todo peligro, pero logro conocer que en el mundo nada es seguro. Cuando los polluelos estaban listos para aventurarse a la caza, la madre les dio las últimas indicaciones: “Todo lo que vuela no debe ser atacado. Siempre que vean para el suelo todo lo pequeño y torpe que está allí, podrá ser devorado”. Los polluelos asintieron con la pequeña cabeza y se lanzaron al viento. Después de un buen rato, identificaron un animal torpe que no sabía con precisión a donde ir, su caminar era frágil, su mirada era de asombro. Ambos concluyeron que era una presa fácil. Dirigieron toda su herencia milenaria hacia ese ser en el suelo. Ese día las aves se alimentaron como su madre les había enseñado.

lunes, 25 de abril de 2011




Boca

En este cuarto tan oscuro. Una boca se alimenta de sus dientes. De trozos de mentira que le dan a cambio de una vagina húmeda. Una boca que se conforma con la migaja de mundo que un alma reciclada de vez en vez le da con un dedo largo. Una boca se va alimentando de ratas, de colibrís muertos, de la basura genital de mil penes pasados. En este cuarto oscuro un alma ignorante no sabe que afuera hay todo un mundo para devorarse. Un mundo de la forma de mañana que con el pasar de los días también se va pudriendo.







Identidad

Esta es la corta historia de un cigarro. Que mientras estuvo en la cajetilla, quiso no ser un cigarro. Desarrollo teorías que respaldaran la idea que no todos los cigarros deben ser cigarros. Paso unas breves horas convenciendo a sus demás compañeros de la importancia de revelarse. De lanzarse fuera de la cajetilla y conocer el mundo. Y en el momento en que estuvo más seguro de no ser un cigarro. Una mano: tan fina como el viento. Tan aterciopelada como la niebla. Lo sacudió y al rumor de las copas de whisky lo convirtió en cenizas. En efecto: no volvió a ser cigarro.

jueves, 10 de marzo de 2011

Cuentos.

El reloj emitía ese sonido tan insoportable. 25 años escuchándolo. Resonando en mis sueños. Esa noche el sonido fue devastador. Un fuerte dolor de cabeza me hizo aclarar ideas. Mis manos estaban sudando, un fuerte calambre se instalo en mis brazos. Fui al viejo reloj y lo destroce a golpes con el martillo de papa. Me senté en la oscuridad a llorar. La voz de mi madre desde su habitación me volvió a la realidad. Su chillona voz. Sus reproches. Nuevamente el dolor de cabeza. Mis manos comenzaron a sudar, el calambre en los brazos. El martillo de papa. Subí a la recamara de mi madre. El Fantasma de la Esquina Mi madre me hablo un día del fantasma de la esquina, que se llevaba a los niños que no obedecían. “Los mal portados”. Muchos años le temí a la esquina. Una noche mientras lloraba por el desprecio de Mariana, la niña linda de la escuela. Vi al fantasma frente a mí. Mis manos temblaban, quise gritar. Fue tarde. Las niñas lindas nunca más importaron.