jueves, 10 de marzo de 2011

Cuentos.

El reloj emitía ese sonido tan insoportable. 25 años escuchándolo. Resonando en mis sueños. Esa noche el sonido fue devastador. Un fuerte dolor de cabeza me hizo aclarar ideas. Mis manos estaban sudando, un fuerte calambre se instalo en mis brazos. Fui al viejo reloj y lo destroce a golpes con el martillo de papa. Me senté en la oscuridad a llorar. La voz de mi madre desde su habitación me volvió a la realidad. Su chillona voz. Sus reproches. Nuevamente el dolor de cabeza. Mis manos comenzaron a sudar, el calambre en los brazos. El martillo de papa. Subí a la recamara de mi madre. El Fantasma de la Esquina Mi madre me hablo un día del fantasma de la esquina, que se llevaba a los niños que no obedecían. “Los mal portados”. Muchos años le temí a la esquina. Una noche mientras lloraba por el desprecio de Mariana, la niña linda de la escuela. Vi al fantasma frente a mí. Mis manos temblaban, quise gritar. Fue tarde. Las niñas lindas nunca más importaron.

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